M+23: Huerto urbano
Status:
Pedir ayuda: Check!
Escoger lo que quiero sembrar: Check!
Reciclar materiales: Check! (este me llena de esperanza y orgullo)
Ser paciente: WIP. WIP. WIP. WIP… oooommmm…
Quién me animó a llevar a cabo este proyecto fue mi hermana Cris. Ella estudia diseño industrial, y entre su colección de referencias tiene una multitud de jardines y huertos verticales súper interesantes.
Reconozco que me gusta la jardinería… me gusta cuidar las plantas. Pero hasta ahora nunca nunca nunca había intentado cultivar algo. En mis semilleros reposan felizmente, semillas de pimiento picante, pimentón dulce y tomates; además de mi colección de seis macetas de menta.
Y llevo casi una semana esperando que suceda la magia… bueno quien dice una semana dice 5 días. Porque fue el sábado muy temprano cuando mi papá y yo nos pusimos manos a la obra.
En casa me habían guardado varias botellas de plástico y varios cartones de huevos. Mi objetivo era germinar las semillas reutilizando materiales que ya tuviera disponibles en casa. De algún modo, aunque sea con gestos pequeños, hay que colaborar con el medio ambiente. (Inserten aquí mi corazón verde).
Así que cortamos las botellas, rellenamos los cartones con tierra negra (fértil y fresca) y me dispuse a sembrar mis semillas.
Alguien ha visto alguna vez las semillas del tomate secas? O las semillas de menta? Yo nunca las había visto.
Las de tomate son pequeñas, y parecen bañadas con un glasé dulce y cristalino… siempre las he visto en el tomate… pero nunca me había planteado cómo serían secas.
Y las de menta me encantaron, son aún más pequeñas que las semillas de amapola, y al igual que estas son negras y brillantes… super bonitas. Incluso deben funcionar bien como exfoliante mezcladas con algo de agua y jabón… Creo que investigaré esto para seguir con mis experimentos de cosmética casera.
Una vez estuvieron todas plantadas, las pusimos en el balcón para que reciban sol y aire, y estamos todos muy pendientes de mantener la tierra húmeda. En Valencia hace bastante calor ya, y si las dejamos secarse estoy segura que no nacerán… serían demasiado adversas las condiciones.
Y hoy, antes de subir a Madrid, me pasé a verlas… allí están, sembradas, muy cuidadas y yo esperando que el primer tallo y las primeras hojas se abran camino a través de la tierra.
Esta semana leía que “Sembrar un jardín es tener fé en el mañana…” y es muy cierto, es creer que con un poco de suerte la naturaleza se abrirá camino. Es tener fe en que las cosas saldrán bien, pero mientras tanto me ocuparé de abonar la tierra y mantenerla fresca.
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Y el domingo 16 de junio: Paracaidismo!