M+41: Puenting

Status:
Irnos hasta el fin del mundo: Check!
Preparar mis zapatos de la suerte (nuevos): doble Check!
Repetir el mismo outfit que el dia del paracaidismo: Check!
Madrugar y huir en silencio de casa: Check!
Ver el amanecer desde el tren: Check!
Notar el miedo: C H E C K !

Me desperté super temprano y de un salto, porque pensé que me había dormido. Sin embargo me dio tiempo de desayunar con calma, ducharme y hasta jugar un poco con Tokio antes de salir. Así que mas o menos con toda mi rutina mañanera cumplida, me enfundé los leggings negros, la camiseta de Nirvana (esa que me habrán visto 50 veces ya en las fotos), las converse custom de la suerte, y un suéter de rayas en el último minuto… sospeché que haría frío en algún momento.

En Xátiva me esperaban Deneb y Feliu, nuestro suuuuuper fotografo-espeleólogo, a quien le debemos las fabulosas fotos de este proyecto, MIL GRACIAS FELIU SON GENIALES!!!

Una vez de camino, descubrimos que el puente quedaba casi en el fin del mundo. Tuvimos casi dos horas de camino para ir y dos para volver (mas mis dos horas de tren). Pero vimos nuevos caminos, el cambio del paisaje… La verdad es que estuvo bien el paseo mañanero. Además pasamos todo el camino entre risas (nerviosas) tratando de no pensar en la altura. Porque en el fondo la superficie soy un «poquito» aprensiva a las alturas… En realidad me da mucho vértigo, así que ya pueden suponer cuáles fueron los niveles de miedo de este proyecto.Cuando llegamos al puente, debo reconocer que no me pareció para tanto. JA! espera que estés en el borde (pensé para mis adentros), la verdad empezamos con cierto entusiasmo y «valor» sobrestimados en ambos casos.

Tuvimos que esperar un buen rato antes de que llegase nuestro turno, porque había un grupo de 5 personas que ya estaban allí con todos los equipos dispuestos para saltar. Así que mientras tanto, hasta me dio tiempo de comerme un sandwich que llevaba en el bolso. Habían pasado casi 6 horas desde que había desayunado, y el estómago me rugía indiscretamente.

Brian (nuestro monitor) instaló todo el material, éramos 20 personas para saltar. Así que Deneb y yo decidimos saltar de las primeras, yo fui la quinta persona del grupo en saltar y ella la sexta. Vimos los primero saltos, y todos tenían en común algo que de aquí en adelante llamaremos «falso salto«. Definámoslo:

Falso salto:
(Del lat. falsus y saltus).

1.- Adv. de mod. Momento paradójico en que tu cerebro le da la orden a tus piernas de que se plieguen para propulsar el salto, pero que a su vez da la orden a los brazos para que se sujeten con la firmeza característica de una garrapata, a cualquier elemento fijo que haya a disposición cerca del borde del puente.

2.- Comedia: Situación embarazosa donde las otras personas que contemplan desde el suelo tu salto, vean el terror en tu cara, haciendo bromas al respecto.

3.- Biología/Supervivencia: Situación en la que tu cuerpo se niega a cumplir la estúpida orden que da el cerebro de saltar al vacío a una altura de 30 metros. La madre naturaleza (que es muy lista) nos programa para que bombeemos adrenalina como si fuera agua e intenta paralizarnos. Chica lista Pachamama, chica lista ¬¬.

Veamos un claro ejemplo de falso salto:

Bueno, después de acuñar el término. Debo decir que me llevó dos falsos saltos conseguirlo. A la tercera salté ágil como una gacela, directa al vacío… JA! ya quisiera yo!!! En realidad de dejé caer y ya. No conseguí que las rodillas obedecieran, pero conseguí dejarme llevar por la ineludible fuerza de gravedad que durante dos segundos (si llega) me aceleró a 9,8 m/s. No me dio tiempo a sentir el vacío en el estómago, no me dio tiempo a nada en realidad. Sólo notaba como el sistema bombeaba sangre y adrenalina como si la vida le fuera en ello.

Cómo definiría mi estilo de salto? Fácil! Caí como un saco de papas! JAJAJAJA… de verdad cero estilosa… pero no puedo parar de reir con las fotos… La primera vez que las vi lloré de risa… QUÉ CARAS! QUÉ ESTILO! QUÉ MANERA DE VERSE ELEGANTE! de verdad, lloraba de risa.

Después de mi grácil salto vino el de Deneb, que como buena compañera de aventuras que es, no desmereció la ocasión. Saltó desarrollando su variante de saco de papas. Elegantísima y tan en pánico como esta servidora! Qué orgullosa estoy de ti Deneb, lo conseguiste a grito de: «Cómo MOLA!!!!».

Que alegría vencer algo, que de verdad, por un segundo pensé que se me escapaba de las manos.

Estaba al borde del puente, del lado de fuera de la baranda. Y recuerdo voltear y decirle a Deneb: «creo que no va a pasar, de verdad no puedo», y luego Brian me dijo que subiera los brazos (para engañarlos y que no pudieran agarrarse a nada) y me acordé de las recomendaciones de papá (respirar profundo, cerrar los ojos y caer). Y así lo hice. Di el paso y caí al vacío.

Cuando llegué a casa, mamá me pregunto que para qué invento estas cosas, que qué quiero demostrar. Y la verdad es que no pretendo demostrar nada, me di cuenta de ello con esa pregunta. Realmente lo que persigo es descubrirme a mi misma, y entender que soy capaz de vencer  esas cosas que me paralizan de miedo… Y esa sensación de eminente victoria que sentí el domingo, me llena de ánimo para enfrentar el resto de las situaciones que se presentan. Si soy capaz de enfrentar cosas que me dan pánico y soy capaz de vencerlas, ¿cómo no voy a se capaz de superar otras cosas que no me dan ni la mitad de miedo?

No puedo describir lo bien que me siento (incluso pasada una semana), siento satisfacción, energía, vitalidad… Pese la tormenta, soy feliz. De hecho tomé esta foto volviendo a casa del salto. La luz era bestial, y pensé que era así como se sienten las personas que vuelven a casa con una victoria reluciente colgada del pecho, aunque sea una medalla invisible.

Mi sincera recomendación, pese al pánico (es el momento de mi vida donde más miedo he sentido)… es que  no dejen de intentarlo.

Más fotos aquí, gracias una vez más al Sr. Feliu (AKA Feliz, según mi corrector ortográfico)

Y esta semana: M+42: Encendemos los fogones para preparar Ramen. 

PD: Empieza la cuenta atrás 10M to go!