M+43: Piedras
Status:
Factor sorpresa: Check!
Nivel de dolor: altísimo… me produce naúseas.
Ir a emergencias por mi propio pie: Check.
Pensar que algo horrible me pasaba: Check.
F**K… cómo duele la piedrita…
Bueno… esta semana mi plan era internarme en la profundidades de la tierra, entrando en una cueva con Feliu y un grupo de personas super agradables (que de momento sólo conozco a través de whatsapp). PERO… el sábado en la tarde empecé con un dolor agudo en la espalda.
Al principio pensé que me había lesionado escalando en la mañana. Salí con Jesús, Sergi y Lluis, y pensé que en algún momento había hecho un mal gesto o algo y que me había lesionado dramáticamente la espalda sin siquiera notarlo… (así de exagerada soy)… Mientras me tomaba un analgésico, pensé que me iba a tocar estar de reposo, pensé que iba a tener que abandonar mis proyectos de deportes y mi rutina de entrenamiento… en fin… Lady Drama estaba lista para lo peor.
Sin embargo, un par de horas después (cuando el analgésico había hecho su trabajo) me sentía tan asombrosamente bien… tenía que haber percibido algo sospechoso en ello.
Bueno… igual que me vi condenada al reposo, en cuanto el dolor cesó, todas mis preocupaciones se desvanecieron… quizás sólo había sido un tirón de espalda. Así que me negué en redondo a ir a urgencias, típico en mi. De hecho desde que viví con mi amiga Marta (que es médico) y que en urgencias está más que acostumbrada a ver cosas que son CERO urgentes, tomé una mayor responsabilidad a la hora de ir a este tipo de servicio. Si de verdad no me pasa algo terrible, no voy. No voy por resfriados, ni gripes, ni erupciones ocasionales, ni alergias leves… voy cuando creo que de verdad me pasa algo. Así que después de negociarlo en casa (porque querían que fuera) prometí que, si en la mañana me sentía mal, iría sin protestar.
La noche la pasé entre mal y peor… A las 4 (quizás 5 am) el dolor era insoportable. Me levanté y volví a calentar al oso (bolsa térmica) que me prestó mi hermana. Me alivió un poco.
Sobre las 8, me puse en pie. Ayudé con la abuela y después de todo eso decidí que (ahora sí) era momento de irme a urgencias. No podía más con las náuseas, las arcadas y el dolor. De hecho empecé a sospechar que algo malo me pasaba, los picos de dolor eran algo insufrible, de hecho creo que el lo que más me ha dolido en la vida. Ni siquiera el postoperatorio del año pasado me dolió tanto.
Así que por mi propio pie me fui directa a urgencias. En casa teníamos un día complejo de logística (especialmente con la abuela) y nadie podía acompañarme. De hecho mientras iba hacia el hospital pensé «Vaya… nunca he ido sola a urgencias… no es lo que tenía planeado como M52 de esta semana… pero nop… no lo había hecho nunca antes.»
Llegué a mostrador de urgencias, presenté mi tarjeta y mi documento de identidad, y me dijeron que esperase un poco en una de las salas. En lugar de irme a la de «adultos» me fui a la de niños, que estaba vacía y además tenía tele. Mientras me llamaban pude ver un par de episodios de Peppa Pig. Más o menos media hora más tarde, me hacían pasar. Era tan temprano que a penas había gente.
Pasé a Boxes, me tomaron muestras de sangre y me preguntaron cómo iba de dolor. Para ese momento el analgésico de la madrugada me había hecho efecto y estaba bien. Así que después de todo eso me devolvieron a la sala de espera. Estuve allí sola hasta las 11:30, cuando llegó mi hermana Cris y su chico, Jose, al rescate. De hecho empezaba a sentirme mal de nuevo y que llegase un ser querido fue de las cosas más reconfortantes que podían haberme pasado ese día.
Después de un rato volvieron a llevarme a los boxes, había regresado el dolor, las náuseas, y la sensación de baja de tensión… cada vez que tenía un pico de dolor me parecía que el desmayo estaba a la vuelta de la esquina. Así que empezamos con el circo de tomarme una vía (que fue imposible) y finalmente cedieron a lo inevitable y me chufaron un analgésico intramuscular. Eso sí, me fui como un alfiletero a casa, tres pinchazos en un brazo, otro pinchazo en el otro… siempre me pasa.
Después de un par de horas en diagnóstico era: Cálculos en el Riñón.
Con todo lo malo que podía parecer esto, cuando salí del hospital pensé… «QUE BIEN! sólo es una piedra en el riñón!» me parecía menos malo que cualquiera otra de las posibilidades que había contemplado en mi imaginación. Y quería decir también que no tendría que suspender ninguno de mis planes por un largo periodo de tiempo. Una semana de semi-reposo y ya estaría lista para el resto de mis planes! WOOOHO! que alivio!
Fotos… tanto como fotos… no tengo. Me pareció inapropiado del todo desenfundar mi teléfono en urgencias y ponerme a retratar el proceso. Además aunque hubiese querido, cuando empezó a doler de nuevo, ni se me pasó por la mente hacer fotos. Cris si que me hizo una en la camilla y tengo una foto de mi radiografía, donde no se aprecia la piedra, pero si las dos grapas internas de la hernia que me arreglaron el año pasado! AH! y tengo fotos de Tokio durmiendo a mis pies (no se separó de mi ni un minuto), y fotos del oso/almohada térmica.
Así que después de todo si que puedo decir: Más fotos aquí!
No sabía que tenía grapas! parecen además grapas de papelería… Bueno, ahora me conozco un poco mejor.
La próxima semana double tap! (hay que recuperar esta semana): La Catrina y calabazas!